Antibióticos: ¿es necesario tomar un protector de estómago

Existen muchas dudas en torno al uso de los antibióticos. Entre ellas, circula la idea de que es necesario tomar un protector de estómago antes de ingerir alguno de estos medicamentos. Esto se debe a que muchas veces aparecen algunos problemas digestivos tras su consumo.

También hay muchos mitos y dudas en torno a lo que es un protector gástrico y cuál es la función que cumple. Los protectores de estómago son medicamentos que muchas veces se venden libremente y que algunas personas consumen sin consultar con el médico al respecto.

No es bueno ni saludable ingerir un protector de estómago cuando no se requiere. Tampoco es saludable combinar los antibióticos con otros medicamentos, sobre la base de creencias que pueden no ser tan ciertas. Veamos todo esto con mayor detalle.

Los protectores gástricos

Un protector de estómago es un medicamento que se emplea para evitar las molestias que causan los ácidos del estómago. Los hay de varios tipos y cada uno de ellos tiene efectos diferentes. Su función central es la de proteger al estómago de los ácidos propios de la digestión y del ácido por reflujo.

Se cree que hay protectores de estómago naturales, como el bicarbonato de sodio o la sal de frutas. Esto no es cierto. Ninguna de esas sustancias protege de la acción de los ácidos, sino que los neutralizan durante la digestión. Por lo tanto, no se pueden considerar protectores gástricos.

Si hay problemas estomacales, solo el médico puede definir si se debe emplear un protector gástrico y cuál específicamente debe usarse. Dicho esto, volvemos a la pregunta inicial: ¿es necesario tomar un protector de estómago cuando se ingieren antibióticos?

El efecto de los antibióticos sobre el estómago

Hay muchas personas que presentan diarrea después de ingerir antibióticos. Por lo general, se trata de episodios leves, en los que simplemente hay deposiciones más frecuentes, con heces más blandas de lo normal. Lo más habitual es que estos síntomas aparezcan una semana después de comenzar a ingerir los antibióticos.

Lo más común es que este tipo de diarrea se solucione por sí sola, sin mayores consecuencias. También es cierto que no todos los antibióticos la causan, sino principalmente las cefalosporinas y las penicilinas. Quien ya ha padecido este tipo de diarrea, es más propenso a sufrirla de nuevo cuando toma antibióticos.

Los antibióticos son medicamentos que se emplean para atacar a bacterias que causan daño. Sin embargo, su acción es indiscriminada y, por eso, termina atacando también a bacterias que son buenas para el organismo. Esta parece ser la causa de la diarrea postantibiótica.

La microbiota

La microbiota, conocida antes como flora intestinal, está directamente relacionada con la salud digestiva y con el sistema inmunitario. Se trata de un ecosistema frágil, que se altera fácilmente por factores como los cambios de alimentación o el uso de antibióticos, entre otros.

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Los antibióticos destruyen los microorganismos patógenos, pero también la flora intestinal. Al romper con el equilibrio de la misma, no es raro que aparezcan problemas como la diarrea. Estos no son problemas estomacales, sino intestinales. La manera de evitarlos es compensando la situación con una alimentación que ayude a regenerar la flora.

Solo en raras ocasiones los antibióticos provocan una infección por Clostridium difficile. Es una bacteria que crece rápidamente ante la ausencia de otras bacterias que la neutralicen. En estos casos, se produce una diarrea más severa, con fiebre, dolor, nauseas y pérdida de apetito.

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¿Es necesario un protector de estómago al tomar antibióticos?

Por todo lo dicho hasta ahora, frente a la pregunta de si es necesario tomar un protector de estómago cuando se ingieren antibióticos, la respuesta contundente es un no. Cualquier pastilla que se ingiera se va descomponiendo con la ayuda de la saliva y de los ácidos gástricos. Los antibióticos no son la excepción.

En condiciones normales, los antibióticos no afectan el estómago. Sí hay medicamentos que tienen principios activos dañinos para la mucosa gástrica, como son la aspirina, el ibuprofeno o el diclofenaco. Sin embargo, estos solo causan daño si se toman en dosis altas por tiempos prolongados. Es lo mismo que comer mucho picante durante un buen tiempo.

Los antibióticos sí pueden causar un desequilibrio en la microbiota y en ello radica su potencial daño digestivo. Esto se puede compensar incrementando el consumo de prebióticos y probióticos en la dieta. De esta manera, se reducirán los efectos de este tipo de medicamentos sobre la flora intestinal.