Qué es el lavado peritoneal diagnóstico

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Jun 30, 2020   Salud

Por norma general, el equipo médico utiliza el término lavado peritoneal diagnóstico para referirse a un procedimiento médico usual. En él, se realiza una exploración física del abdomen que puede ser de gran utilidad a la hora de diagnosticar. También puede aplicarse de forma terapéutica en ciertas condiciones clínicas.

Actualmente, se trata de una prueba médica de alta fiabilidad y que produce una mínima cantidad de falsos positivos u otros errores. Además, se emplea junto a otras médicas de diagnóstico por imagen. Es el caso del tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética (RM).

Por otra parte, el peritoneo consiste en una membrana fina y muy resistente que se encuentra en la cavidad abdominal. De esta manera, posee dos capas que se encuentran unidas a la cara externa de las vísceras (peritoneo visceral) y a la cara interna del abdomen (peritoneo parietal).

Radiografía peritoneal.
Radiografía peritoneal.

Entre ellas se sitúa la cavidad peritoneal en la que almacena una pequeña cantidad de líquido. Así, se disminuye el roce o fricción entre las distintas capas porque actúa como un lubricador.

De forma habitual, cumple importantes funciones de sostén y protección hacia los órganos situados a nivel abdominal. Sin embargo, sus tareas pueden verse afectadas si el peritoneo sufre alguna alteración desarrollada a partir de una enfermedad, de un traumatismo, etc.

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¿Cómo se realiza el lavado peritoneal diagnóstico?

En primer lugar, el equipo médico y de enfermería preparará todo el material necesario para la intervención. Asimismo, se deben seguir las normas de higiene habituales y explicar el procedimiento al paciente si es posible.

Por otra parte, en ocasiones el lavado peritoneal para el diagnóstico puede estar contraindicado o no recomendado. Por ejemplo, si el paciente ha sufrido numerosas operaciones a nivel abdominal. Otros factores del sujeto a tener en cuenta son la obesidad, el embarazo, cirrosis en un estado grave, problemas de coagulación, entre otros.

Antes de comenzar con el lavado peritoneal diagnóstico se debe utilizar la sonda vesical y nasogástrica para garantizar la fiabilidad de la prueba.

Más tarde, se desinfecta la futura zona de incisión y se aplica la anestesia correspondiente. Normalmente se utilizan compuestos químicos como la lidocaína. De esta forma, el sujeto no sentirá molestias intensas durante la técnica de lavado.

El lavado peritoneal diagnóstico supone una invasión mínima al organismo. Por lo tanto, se considera un procedimiento médico muy útil y recomendable.

Cirujanos operando.

A continuación, se realiza una incisión con ayuda de un bisturí atravesando las distintas capas de tejido hasta alcanzar el peritoneo. Usando separadores, el grupo de especialistas puede obtener una mejor visión de la membrana. Además, se debe prestar atención a la hemostasia para evitar que la sangre inunde la cavidad abdominal expuesta.

Después se procede a realizar una mínima incisión en el peritoneo. A través de la apertura creada, se debe introducir un catéter de diálisis peritoneal. Una vez colocada, se debe acoplar una jeringa al catéter y aspirar. Si se obtienen muestras de sangre, materia fecal, bilis, orina o líquido intestinal, el resultado es positivo y se realiza una laparotomía.

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Técnica de lavado

En caso de que no se obtengan estos resultados, el equipo médico administra un litro de suero salino en la cavidad. Se debe mover la camilla o al paciente para que el líquido se extienda a lo largo de toda la cavidad y se mezcle con la sangre de la zona.

Tras esperar unos minutos, se debe drenar de forma natural (con ayuda de la gravedad) el líquido de la cavidad. De esta manera, se obtienen una serie de muestras que deben ser analizadas en un centro especializado como un laboratorio.

De acuerdo a los resultados obtenidos, el grupo de expertos puede determinar la causa de la alteración abdominal. También se pueden llevar a cabo pruebas para obtener imágenes internas de la región abdominal para facilitar el diagnóstico.

Finalmente, es posible que el equipo de médicos correspondiente cometa un error durante la intervención. En tal situación se pueden producir varias complicaciones o alteraciones. Por ejemplo, perforación de órganos o hemorragia en la zona.

En cualquier caso, se suturan las capas de tejido seccionadas con ayuda de material reabsorbible. Así, las uniones que mantienen próximas los extremos de la fascia o de la piel no hacen falta extraerse. Asimismo, se suele colocar un vendaje firme por encima de la herida para fomentar su curación y evitar posibles complicaciones o infecciones.