Jul 01, 2020 Lifestyle
El queso es un alimento completo que puede aportar diferentes nutrientes al organismo. Dependiendo de su variedad, aportará unos u otros nutrientes en mayor o menor medidad. Numerosos estudios e investigaciones demuestran que en el antiguo Egipto ya se elaboraba el queso.
Fue en Europa donde se extendió su consumo hasta convertirse en un alimento popular, y en el siglo XIX, en Suiza, se abrió la primera fábrica para la producción industrial del queso. ¿Quieres descubrir interesantes datos sobre este alimento? Acompáñanos.
El queso, propiedades nutricionales
Las propiedades nutricionales de los quesos dependen de la leche a partir de la cual se elaboran, siendo normalmente de vaca, cabra u oveja. La grasa de esta leche influye sobre todo en el sabor del queso. Sin embargo, de acuerdo a datos publicados en el libro «Cheese: types, Nutrition and Consumption», existen propiedades comunes a los diferentes tipos de quesos:
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1. Proteínas y vitaminas
Al ser el queso rico en proteínas de alto valor biológico y vitaminas A, D y del grupo B, se suele recomendar su presencia en nuestra dieta. Por supuesto, su consumo debería ser moderado, debido sobre todo a su alto aporte de grasas.
Su nivel de grasas es superior al de la leche (pudiendo llegar al 70% de grasa, según su variedad). Además, se trataría en buena medida de grasas saturadas, de origen animal, por lo que no sería recomendable que las personas con enfermedades cardiovasculares, y con obesidad o sobrepeso, lo consumiesen de forma habitual.
Un informe de Physicians Comitee for Responsible Medicine señala que la leche y derivados lácteos son las fuentes principales de grasas saturadas en la dieta (específicamente en la estadounidense), aportando grasas saturadas que incrementarían el colesterol y aumentarían el riesgo de enfermedad cardíaca.
2. Calcio y fósforo
El queso es fuente de calcio y fósforo, por lo que repercutiría positivamente en nuestra estructura ósea. Recordemos que los médicos suelen aconsejar la ingesta de calcio para mantener la salud de los huesos y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Asimismo, el consumo de calcio ayudaría a la remineralización de los dientes, y prevendría las caries y enfermedades dentales según datos de General Dentistry en 2013.
Sin embargo, un estudio publicado en British Medical Journal en 2015 no halló una relación directa entre la ingesta diaria y habitual de productos lácteos y la prevención de fracturas o buena salud ósea. Más estudios al respecto son necesarios.
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Tipos de quesos, elige el tuyo
De acuerdo con información publicada en Wikipedia, los quesos están clasificados en función de textura, métodos de producción, duración de la fermentación, contenido de grasa y país de origen. Asimismo, existen diferentes tipos de quesos:
- Desnatados
- Semidesnatados
- Semigrasos
- Grasos
- Extragrasos
También pueden clasificarse, según el proceso de elaboración, en:
- Frescos-blancos: se elaboran mediante un proceso de cuajado y deshidratación de la leche y no tienen estacionamiento ni maduración. Por este motivo, requieren de una refrigeración a 3 grados. Su consumo es posible desde el momento mismo de la finalización de su producción.
- Madurados o fermentados: tras su fabricación, deben mantenerse a una determinada temperatura que permita que se provoquen los cambios físicos necesarios. Suelen tener un alto contenido graso y un aroma más intenso.
Podemos elegir tomar una u otra variedad en función de su consistencia –quesos blandos o duros-, o en función de los países
- Francia: Brie, Camembert o Roquefort
- Italia: mozzarella y/o parmesano
- Suiza: Emmental
- Inglaterra: Cheddar
- España: Cabrales, Manchego oBurgos
- Holanda: Gouda o Edam.
¿Cómo consumirlo?
Dependiendo de nuestros gustos, escogeremos uno u otro, pudiendo también tomarlos solos, con pan, con mermelada o membrillo, acompañando ensaladas y otros platos, derretido y untado en una tosta, etc.
Por supuesto, es recomendable escoger la clase más saludable y prestar especial atención a las recomendaciones de consumo. Por ejemplo, se aconseja que los adultos ingieran un máximo de 30 gramos al día, siempre optando por las variedades bajas en grasa y sodio.
Nota: Consulta con tu médico sobre tu consumo de queso si padeces sobrepeso, obesidad, hipertensión o colesterol. Nadie mejor que él podrá aconsejarte al respecto.
Si te encanta el queso, te recomendamos optar de manera habitual por los quesos frescos desnatados, la ricota o el queso fresco, porque poseen un menor contenido de grasas y además aportan vitaminas y minerales. ¿Qué te parecieron estas curiosidades sobre el queso?
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