¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a dormir mejor?

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Jun 30, 2020   Maternidad

Los bebés y los niños tienen diferentes necesidades de sueño y si no duermen lo suficiente, los padres deberán valorar qué hacer para que puedan dormir mejor. Hay ciertos valores mínimos que son necesarios en función de la edad del niño y que pueden actuar como guía.

Si un niño o un bebé no descansa lo suficiente, podría afectar a su desarrollo intelectual y a sus avances en el aprendizaje, según un estudio realizado por la Universidad de Londres.

Horas de sueño en función de la edad

Dormir las horas necesarias a cada edad ayudará a los padres a implementar una rutina para que el niño pueda dormir mejor. En general, siguiendo las recomendaciones de The American Academy of Sleep Medicine, se considera que el horario óptimo sería el siguiente:

  • Hasta los 6 meses: Por lo general, los bebés de menos de seis meses suelen dormir unas 16 horas, entre la noche y las diferentes siestas que hará durante el día. Se acepta un rango de 11 a 18 horas, pero no debe dormir más.
  • De los 6 a los 12 meses: En este momento, las horas de sueño ideal abarcan entre 13 y 15 horas, pero nunca menos de 12 horas por la noche.
  • De 1 año al año y medio: Se recomienda que duerma unas 13 horas en general, mínimo 9 por la noche.
  • 2 años: Las horas de sueño se reducirán a unas 12 horas, contando la siesta.
  • 3 años: Las horas de sueño se reducen progresivamente, por lo que se recomiendan 11 horas de sueño por la noche, y una siesta de una hora al medio día.
  • 4 años: Cuando ya tiene 4 años, el niño seguirá necesitando dormir unas 10 horas. Se puede prescindir de la siesta a menos que el niño duerma menos de 8 horas por la noche.
Bebé durmiendo

Hábitos para ayudarles a dormir mejor

El libro A Step-By-Step Program for a Good Night’s Sleep señala la importancia de que se lleven a cabo ciertas rutinas antes de acostarse, sobre todo si al niño le cuesta conciliar el sueño o no le gusta ir a dormir. Esto le ayudará a entender que el proceso del sueño es necesario y que tiene sus normas y horarios, como otras actividades, como el juego.

Una de las rutinas más generalizadas es enseñarle que después de la cena se debe ir a poner el pijama, lavarse los dientes, la cara y las manos, leer un cuento y apagar la luz. Se puede modificar en función de la familia, pero debería ser siempre la misma.

Si el niño no tiene problemas en seguir las rutinas, podríamos cambiarlas un poco en el fin de semana. De lo contrario, se deberían mantener incluso durante el fin de semana, hasta que se haya acostumbrado.