Hoy seré egoísta, cuidaré de mí misma

Portada > Bienestar > Buenos hábitos Hoy seré egoísta, cuidaré de mí misma

Jun 30, 2020   Bienestar

Ser egoísta, qué expresión tan llena de connotaciones negativas… No es algo bueno, provoca que los demás te miren mal, con odio. Ser egoísta significa que no sabes compartir, que solo piensas en ti, que solo tú te crees importante en este mundo.

Te recomendamos: Prefiero una soledad digna a una compañía de egoísmos

Nos han enseñado a no ser egoístas, pero esto nos ha llevado al otro extremo, a darlo excesivamente todo de nosotros. Los extremos nunca son buenos, por eso debemos buscar el equilibrio entre la generosidad y el egoísmo. Porque realmente somos importantes y debemos aprender a cuidar de nosotros mismos.

Primera persona: yo

Quizás te hayas encontrado en situación de decir «se acabó, ahora voy a ser egoísta, voy a pensar en mí». Esto ocurre cuando llevamos mucho tiempo pensando en los demás, viviendo para los demás, olvidándonos de nosotros mismos.

mujer cayendo con pájaros

Seguramente te sientes mal si pronuncias la palabra «no«, si no estás ahí siempre que alguien te necesita… Es probable que te sientas culpable cuando realmente no deberías sentir culpa alguna.

Esto debe cambiar. De hecho, debes aprender a «ser egoísta».

¿Has notado cómo el resto de personas no se siente culpable mientras que tú sí? ¿Has percibido cómo alguien se aprovechaba de tu bondad? Ser generosos y poner a los demás en primer lugar en vez de a nosotros mismos, puede provocar que los demás nos manipulen para tenernos ahí siempre que nos necesiten.

Debes leer: Saber decir NO, es bueno para tu salud

Debes empezar a pensar en ti, porque eres importante. No tienes por qué sacrificarte siempre por los demás. El egoísmo no es negativo, en este caso está justificado.

¿Darlo todo te hace feliz o provoca que te hagan más daño?

Me acepto y me respeto

Si tú no te aceptas ni te respetas, ¿crees que los demás lo harán? Tienes tantas cosas por las que debes preocuparte antes que por los demás. Está claro que ser generosos nos hace sentir bien, pero llega a un punto en la que tu vida es la de los demás.

escena simbólica mujer ante un espejo

Ya no sabes ni quién eres, tu felicidad depende del resto. Intentas complacer a todos porque no soportas una mala cara. Incluso, en ocasiones, caemos en una dependencia cuya felicidad no es real, sino ficticia.

Respétate y acéptate, porque la felicidad reside en ti.

Cuando sepas aceptarte y respetarte, observarás que no necesitas estar siempre preocupándote de los demás. Tú tienes tu propia vida y es normal que intentes ayudar al resto de personas.

Pero, todo el mundo tiene sus propios problemas. Aunque suene duro, tienen que vivirlos.

No te puedes perder: Los 5 principios del desapego para nuestra salud emocional

Los problemas nos hacen más fuertes, nos llenan de experiencias. Piensa en las personas que están en tu vida, ¿hacen lo mismo por ti que tú por ellas?

Quizás te estés dando demasiado a los demás.

Es importante que pienses también un poco en ti.

Si das, mereces recibir

En nuestra mente tenemos plasmado el concepto de dar y dar, pero nunca recibir. Esto es correcto en el sentido de que si ofrecemos nuestra ayuda o queremos hacer una buena obra, no tenemos porqué esperar siempre recompensa alguna.

amor-propio

No obstante, «recibir» puede venir de una manera algo diferente. Es decir, nosotros podemos darnos a los demás, pero tarde o temprano tenemos que darnos permiso para pensar en nosotros mismos.

Debemos ponernos en primer lugar, debemos ser algo egoístas y pensar antes en nosotros que en los demás.

Para muchas personas esto es inadmisible pero, cuando estás tan dispuesto hacia los demás, puede aparecer la manipulación. Piensa que las personas, si saben que te tienen ahí para ellos, pueden «abusar» de alguna u otra manera, consciente o inconscientemente.

No puedes irte sin leer Solo hay un amor que es para siempre: el amor propio

Si te has encontrado en la situación de necesitar ser egoísta, realmente no lo estás siendo. Te estás dando permiso para pensar en ti antes que en el resto, porque ya has dado demasiado.

Tú también eres importante, tienes que respetarte y quererte.

Si tú no te brindas importancia, nadie lo hará. Si no te preocupas por ti mismo, nadie lo hará por ti.

Es el momento de que, si alguien te llama egoísta, digas «sí, pero soy egoísta porque me respeto y me valoro, y hoy pensaré en mí antes que en los demás, porque yo también me lo merezco«. En ese sentido, ese «ser egoísta» no es algo malo, es un derecho que también tienes.