Colitis aguda: tipos, causas y tratamiento

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Jul 01, 2020   Remedios naturales

La colitis es una enfermedad gastrointestinal cuya causa suele ser desconocida. Implica la inflamación del colon y, por extensión, todo el intestino grueso. Puede clasificarse de diversas maneras.

Todo el mundo ha padecido alguna vez algún episodio de lo que popularmente se conoce como “diarrea”. Sin embargo, diarrea y colitis no son lo mismo. 

Síntomas generales

Según señala la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la colitis es una enfermedad que puede tener diversas causas y síntomas. Uno de ellos es la diarrea. Por lo tanto, tener un episodio de diarrea no necesariamente implica que la persona tenga colitis.

En líneas generales, los síntomas de la colitis son:

  • Fiebre.
  • Diarrea.
  • Escalofríos.
  • Dolor abdominal.
  • Inflamación del abdomen (de forma constante o intermitente).
  • Heces con sangre (en algunos casos).
  • Entre otros.

Los síntomas pueden variar dependiendo del caso. No obstante, en todo caso, no se deben ignorar. Al contrario, lo más indicado es acudir al médico cuanto antes. Por otra parte, la automedicación puede resultar contraproducente y se recomienda evitarla.

¿Se puede prevenir la colitis?

Es importante comprender que la prevención de la colitis depende de su causa. Por ello, debemos conocer más sobre cómo funciona nuestro intestino y qué tipos de colitis existen.

Los intestinos: ¿cómo funcionan, qué hacen?

Para entender los distintos tipos de colitis, hemos de comprender el funcionamiento de nuestros intestinos. El intestino es parte del sistema digestivo y se divide en intestino delgado e intestino grueso. Son partes con papeles muy diferentes en cuanto a la digestión, absorción y eliminación de los alimentos.

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El intestino delgado

El intestino delgado es un largo tubo enrollado en el interior de nuestro abdomen.  La “piel” que recubre (mucosa) el intestino por dentro presenta numerosos pliegues con vellosidades. Las células de esa “piel con vellosidades” también están plegadas, formando una especie de microvellosidades, donde se encuentran las enzimas que se encargan de digerir los alimentos.

El intestino delgado es muy largo, de forma que los alimentos tienen tiempo y superficie de contacto para ser digeridos, y absorbidos sus nutrientes.

intestino delgado
Intestino delgado: (a) Regiones del intestino delgado (b) Sección de la pared intestinal donde se muestran las capas de tejido, pliegues y vellosidades.

El intestino grueso

A continuación del intestino delgado se encuentra el intestino grueso o colon. El colon enmarca al intestino delgado por tres lados. Por los tres tramos de nuestro colon pasa el bolo alimenticio, que es una masa pastosa y semisólida de alimentos digeridos, hasta que llega al conducto anal a través del cual se expulsan los desechos finales (heces)

La mucosa del intestino grueso también es compleja pero no hay vellosidades en ella. El intestino grueso tiene una escasa o nula función digestiva, pero absorbe agua, electrólitos y numerosas vitaminas del complejo B y vitamina K.

intestino grueso

Tipos de colitis y sus posibles causas

Dependiendo de la causa podemos decir que hay tres tipos bien diferenciados de colitis: infecciosas, isquémicas y actínicas

Infecciosa

Un artículo publicado en Medicine señala que la colitis infecciosa o parasitaria es la más frecuente y la de más fácil tratamiento. Lo más complicado es diagnosticarla, pero cuando ya se sabe qué organismo es el que la ha producido, el tratamiento antibiótico o antiparasitario adecuado resuelve el problema rápidamente.

El síntoma que predomina en este tipo de colitis es la diarrea. Sólo en casos específicos (cuadros graves, fiebre alta, etc.) requerirá estudios y tratamiento antibiótico. Dentro de las colitis infecciosas debemos mencionar algunos tipos:

1. Por virus (CMV)

Es una inflamación del estómago o del intestino debido a una infección por citomegalovirus (CMV), un virus del tipo herpes. La infección por CMV es muy común. Nos podemos contagiar por la saliva, la orina, contacto sexual o transfusiones de sangre.

Estos virus suelen convivir con nosotros, pero normalmente los síntomas son leves o nulos en personas sanas. Cuando tenemos el sistema inmunitario debilitado es cuando tenemos mayor riesgo de contraer esta enfermedad.

Síntomas: Se pueden presentar úlceras en el esófago, el estómago, los intestinos. Junto a las úlceras, puede haber dolor abdominal, dificultad o dolor al tragar,  náuseas y vómitos.

Si hay úlceras en el intestino, pueden causar, además, heces con sangre, diarrea, fiebre y  pérdida de peso. Infecciones muy serias pueden ocasionar un agujero en el intestino.

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2. Enterocolitis por criptosporidio:

Es un parásito que causa diarrea. Afecta más a personas con sistemas inmunitarios debilitados, como enfermos de SIDA, receptores de un trasplante, etc.

El principal factor de riesgo es beber agua contaminada con heces. Las personas en mayor riesgo son: niños pequeños, quienes tengan contacto con enfermos, personas que manipulan animales (granjeros, pastores…) y enfermos de SIDA.

Nos podemos contagiar fácilmente si bebemos aguas contaminadas (frecuente cuando viajamos) y cuando nadamos en piscinas y lagos contaminados.

Síntomas: retortijones (cólicos abdominales), diarrea acuosa y en gran cantidad, malestar general, desnutrición, náuseas y pérdida de peso.

3. Colitis seudomembranosa

Es una infección del intestino grueso con un crecimiento excesivo de la bacteria Clostridium difficile. Esta bacteria normalmente se encuentra en el intestino. Sin embargo, puede proliferar demasiado si tomamos antibióticos de forma no controlada. Entonces liberan una toxina que provoca que parte del colon se inflame y sangre. Se trata con antibióticos específicos para esta bacteria.

Suele darse en ancianos, personas que consumen muchos antibióticos y en quienes toman medicación que debilita el sistema inmunitario (quimioterapia, cirugía reciente…).

Síntomas: cólicos abdominales, heces con sangre, fiebre,  diarrea acuosa (a menudo de 5 a 10 veces por día)

Isquémica

Aparece en pacientes de edad avanzada con problemas de arterioesclerosis. La causa es un mal riego sanguíneo en el colon. Suele afectar al colon izquierdo y, en la mayoría de los casos, se cura sin secuelas y cursa de forma benigna.

Actínica

Es una colitis provocada por radiación. Suele ser frecuente tras un tratamiento radioterápico de la zona. Se llega a su diagnóstico mediante la colonoscopia.

Alérgicas

Sería interesante mencionar también las Colitis “alérgicas”. Cuando falta una de las enzimas digestivas del intestino delgado, al no poder digerir el principio sobre el que trabaja, podemos sufrir colitis. Un ejemplo muy frecuente es la “intolerancia a la lactosa”. La capacidad para digerir el azúcar de la leche (lactosa), depende de la enzima lactasa.

Esta enzima está presente en todos los niños menores de cuatro años, pero se vuelve inactiva en la mayoría de los adultos. Una deficiencia de lactasa puede provocar diarrea, gas, cólicos y otros síntomas desagradables cuando tomamos leche.

Diagnóstico y tratamiento

Colitis

Para poder realizar el diagnóstico, el médico preguntará por la duración de los síntomas, la intensidad del dolor y la frecuencia (cuántas veces ha ido al baño la persona). También preguntará desde cuándo se han presentado los síntomas.

Es sumamente importante comentarle al médico sobre los viajes recientes y (si fuese el caso) si ha habido contacto con aguas u otras sustancias contaminadas.

Después, el médico podría indicar al paciente que se realice una colonoscopia, que consiste en introducir una sonda flexible a través del recto. Este tubo lleva una pequeña cámara en su extremo y pinzas para tomar muestras de tejido. De esta forma, el médico puede diagnosticar la colitis.

¿Todas las colitis se tratan de la misma manera?

El tratamiento está dirigido a la causa de la enfermedad, según sea una infección, una inflamación, falta de flujo sanguíneo u otra causa. Así, para cada tipo de colitis habrá un tratamiento diferente.

¿Cuándo acudir al médico?

Deberemos acudir al médico si la intensidad de los síntomas no disminuye y, con el paso del tiempo, surgen otras molestias.

La diarrea, los vómitos constantes, el abdomen hinchado y duro, la heces de color negro o las heces con sangre también son señales de que debemos ir cuanto antes al médico.