Últimas investigaciones en el tratamiento del Alzheimer

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Jun 30, 2020   Salud

La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que avanza de forma progresiva y que produce un deterioro cognitivo. Afecta a las neuronas, es decir, las células características del sistema nervioso. En especial, las neuronas que se encuentran en la corteza cerebral.

La corteza o córtex cerebral es un tejido nervioso que se encuentra en forma de capa por encima de los hemisferios cerebrales. También altera otras estructuras adyacentes.

Se trata del subtipo de demencia más común. De esta manera, el 60 % de las demencias son causadas por el alzhéimer. Sin embargo, los expertos estiman que existe una gran cantidad de casos clínicos con esta patología sin diagnosticar.

Veamos más a continuación.

Síntomas más comunes de la enfermedad de Alzheimer

Normalmente las señales de esta patología se encuentran relacionados con las actividades del sistema nervioso central o SNC. Por tanto, se producen una amplia gama de trastornos cognitivos y de conducta. Por ejemplo, entre los más frecuentes podemos destacar:

  • Cambios de humor de forma impredecible. Asimismo, el paciente puede mostrar síntomas de depresión, agresividad, apatía, etc.
  • Desorientación tanto espacial como temporal (relativa a la época del año, del mes…).
  • Dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas, dibujos, operaciones matemáticas simples…
  • Olvido de nombres y de localización de objetos importantes (lo que conduce a su pérdida).
  • En las etapas más avanzadas, los sujetos presentan graves alteraciones asociadas al lenguaje. No comprenden el significado de las palabras y son incapaces de finalizar las oraciones. También empiezan a desarrollar problemas en la coordinación de los movimientos y en el equilibrio.

¿Cuáles son las causas de la enfermedad de Alzheimer?

Actualmente los especialistas han determinado que un conjunto de factores biológicos y ambientales pueden llevar a la presencia de esta enfermedad. Una señal característica de la patología es la aparición de placas seniles y de ovillos de neurofibrillas.

El equipo médico también ha sido capaz de identificar una serie de factores de riesgo de esta enfermedad. Se refiere a las características o hábitos de un paciente que le hacen más propenso a una patología. En este caso, el tabaquismo, la edad avanzada y una historia clínica con antecedentes constituyen los factores más decisivos.

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Tratamientos para la enfermedad de Alzheimer

Como de costumbre, los diferentes tratamientos que ofrecerá el equipo médico necesitan el consentimiento del paciente. Asimismo, las distintas terapias buscan aliviar en la medida de lo posible los síntomas. También buscarán ralentizar la evolución del trastorno, fomentar las funciones cognitivas y evitar nuevas patologías asociadas o derivadas. Sin embargo, hoy en día se desconoce si existe una cura definitiva para este trastorno.

Por otra parte, podemos destacar dos subtipos de terapia en función de si usan o no medicamentos para ayudar al paciente.

El alzhéimer es una enfermedad que, de momento, no tiene cura. Sin embargo, sí existen tratamientos.

Tratamiento no farmacológico

Los estudios han demostrado que una adaptación del ambiente en el que vive el sujeto mejora su estado psicológico. Así, puede identificar el medio con facilidad y recordar momentos que le ayudan a mantener su personalidad.

Investigaciones recientes han demostrado que la implantación de un neuroestimulador en el cerebro tiene efectos muy positivos sobre los sujetos. Por norma general se implanta en las primeras etapas de la enfermedad.

El dispositivo colocado a través de una intervención quirúrgica es capaz de imitar el funcionamiento del Sistema Nervioso en condiciones normales. Sin embargo, la técnica no estará completamente desarrollada hasta dentro de una década de acuerdo a los expertos.

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Tratamiento farmacológico

  • Psicofármacos. En esta categoría se incluyen:
    • Antipsicóticos. Se utilizan para controlar el estado anímico del paciente cuando se siente nervioso o muestra agresividad.
    • Antidepresivos.
    • Ansiolíticos.
    • Otros fármacos como los betabloqueantes, antiepilépticos, etc.
  • Antagonistas de los receptores de NMDA (N-metil-D-aspartato).
  • Inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE). De esta manera, se asegura la protección del sistema colinérgico. Este sistema se encarga de supervisar la información que procesa el Sistema Nervioso.

De cualquier manera, la administración de medicamentos conlleva la exposición a efectos secundarios que deben ser conocidos por las familias.