Cardiopatía congénita en niños

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Jun 30, 2020   Maternidad

Hablamos de cardiopatía congénita cuando se altera la estructura del corazón desde la gestación. Es decir, el niño nace con este órgano modificado e, incluso, es posible verlo ya en el embarazo.

Su frecuencia no es menor, ya que se calcula que hasta el 1 % de los niños nacidos tienen una cardiopatía congénita. Eso es un valor elevado, de ahí la importancia que reviste esta patología para los servicios de pediatría.

Cuando una familia recibe la noticia de la cardiopatía congénita, el problema es más grande que la enfermedad en sí. Los padres saben que deberán atravesar cirugías del niño y todo un proceso largo de adaptación.

El diagnóstico prenatal de estas malformaciones ha mejorado mucho. Algunas enfermedades pueden detectarse y solucionarse, incluso, con una cirugía dentro del embarazo. Esto mejora las posibilidades de supervivencia de manera notable.

Causas de la cardiopatía congénita

Para que se de una cardiopatía congénita se deben combinar ciertos factores. Son variadas las causas, pero se sabe de algunas más frecuentes e identificables que otras. Entre ellas se encuentran las siguientes:

  • Genética: cuando ha habido una cardiopatía congénita en la familia, es posible que se repita con otro individuo. La genética dobla el riesgo de nacer con una malformación cardíaca. Además, hay enfermedades cromosómicas que se asocian a trastornos puntuales de las estructuras del corazón, como el síndrome de Down o el de Turner.
  • Nutrición: si la madre sufre deficiencias nutricionales durante el embarazo o antes del mismo, puede haber repercusiones en el feto. La falta de yodo en la dieta materna está asociada a cardiopatías congénitas y la diabetes no controlada también, debido a los constantes valores elevados de glucemia.
  • Toxinas: las madres se exponen a veces a sustancias tóxicas, casi siempre sin intención. Algunos medicamentos y radiaciones tienen el efecto adverso de las malformaciones. En cuanto a los hábitos, el alcohol y el tabaco también son posibles causas.
  • Enfermedades infecciosas: la rubéola es un ejemplo clásico de infección materna que repercute en la formación de los órganos del feto.
cardiopatías congénitas
Las causas de las cardiopatías congénitas son variadas, pero todas actúan durante la gestación

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El diagnóstico prenatal

El avance en los métodos complementarios ha mejorado la detección temprana de las cardiopatías congénitas. Las ecografías de control de embarazo se realizan cada vez con equipos más potentes y de mejor definición.

De manera casi uniforme, en todo el mundo se realizan tres ecografías obstétricas para valorar complicaciones y evolución de las gestaciones. En cada una de ellas es posible detectar una malformación, ya no para prevenirlas, sino para tratarlas de forma adecuada.

La ecografía del primer trimestre, de forma primordial, puede valorar la sospecha de alteraciones cromosómicas, como el síndrome de Down. Su presencia es sugestiva de una malformación cardíaca.

Más en profundidad, el ecógrafo puede observar en tiempo real el movimiento de las estructuras cardíacas y su conformación. Así se detectan de forma temprana las insuficiencias valvulares, por ejemplo.

Estas tres ecografías de rutina se complementan con otros estudios cuando hay una detección anómala. Pueden practicarse nuevas ecografías o pasar a un test genético a través del líquido amniótico.

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Los padres frente a una cardiopatía congénita

padres preocupados por cardiopatía
El diagnóstico no sólo incumbe al equipo médico, sino también a la familia, golpeada por las preocupaciones

El equipo de salud debe saber que, ante el diagnóstico de una cardiopatía congénita, la contención de los padres es clave. El acompañamiento en el proceso y el apoyo psicológico deben mediar.

La explicación del plan de abordaje debería ser clara para evacuar todas las dudas. Los padres no tienen por qué entender, en primera instancia, qué cirugía se realizará o por qué no se realizará una si esa es la decisión.

Pero nada termina en los primeros meses de vida. Muchos pacientes son reintervenidos en nuevas ocasiones y las comorbilidades se suman al temor lógico. Un resfriado o una gripe en estos niños desacomoda toda la rutina familiar.

El factor económico no es menor. No se trata de abordajes baratos en lo quirúrgico. Además, si se emplean medicamentos, son para tratamientos de larga duración. A veces hablamos de más de 3 o 4 fármacos que no pueden suspenderse sin indicación médica.

Las cardiopatías congénitas ya no son las de antes

Si bien parece un tópico que se dice con muchas patologías, es cierto que las cardiopatías congénitas no tienen el mismo pronóstico que hace 30 años. Los avances en este campo han sido notorios y la esperanza de vida de los pequeños que las padecen ha mejorado.

Es importante que los padres tengan el asesoramiento adecuado y que sientan seguridad en el equipo sanitario donde depositan su confianza. Una cardiopatía congénita es un diagnóstico que los acompañará siempre.