Jun 30, 2020 Pareja
El cambio es una de esas constantes que acompañan al tiempo allá donde habita y se desarrolla. Sucede con nosotros porque nuestra voluntad no puede hacer nada para impedirlo, solamente dirigirlo. Es natural que nos dé miedo, pues no tenemos la capacidad para imaginar qué encontraremos detrás de su telón. Sin embargo, el cambio es un misterio apasionante que representa el mejor reto para el verbo ser.
Es el encargado de interrumpir los bautizos a los que le invitamos y en los que ponemos nombres. Se encarga de dar fe de que el desordenado puede hallar un orden en el que los demás no se sientan perdidos.
¿Qué implica entender el cambio?
Pocos recogieron con tanto valor literario lo complicado que nos resulta asimilar esta inercia inquebrantable de mutación natural como Víctor Hugo. En su obra Los miserables apreciamos como un inspector se niega a aceptar que un hombre maléfico pueda transformase en un ejemplo de bondad.
¿Por qué se produce la negación de esta posibilidad? Reconocer algo así implica entender que la complejidad de la realidad es mucho mayor que la simpleza con que la tratamos en ocasiones. Conlleva también que nuestros juicios pueden basarse en un pasado que, simplemente, ya no es, y cuya transformación dista mucho de lo que una vez fue.
Por otro lado, la mayoría de nosotros tenemos una opinión positiva de lo que creemos que somos. Entender que pueden producirse cambios radicales implica asimilar que podemos modificar profundamente nuestra autopercepción hacia un polo negativo. Esto da miedo, vértigo emocional.
Lee también: Sigue caminando, pase lo que pase
La resistencia al cambio
Si entender el cambio es una cuestión complicada, comenzarlo es, en ocasiones, igual o más difícil. Frente a él está la comodidad de quedarnos donde estamos, siguiendo la lógica conservadora de «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer».
Otro de los enemigos de la evolución, o la asunción de riesgos, suelen ser las personas que nos quieren. Ellos entienden que el cambio tiene una parte de exposición que nos puede hacer más vulnerables al sufrimiento. Finalmente, podemos que decir que estas resistencias suelen ejercer una fuerza proporcional a la magnitud de la distancia que queramos recorrer, desde donde estamos hasta el lugar que queremos alcanzar.
Las motivaciones del cambio
Nos guste o no, debemos asumir que todas las personas que nos rodean nos intentan cambiar. Para ninguna somos exactamente como deberíamos de ser. Las que nos quieren bien intentaran potenciar nuestra evolución. Por el contrario, aquellas que nos tienen envidia intentarán que esta se detenga o, simplemente, que no comience.
Este intento por moldearnos respondiendo a diferentes intereses en muchas ocasiones es sutil pero, en otras, es directo y sin disfraz. Un ejemplo de sutileza lo encontramos cuando una persona refuerza, reconoce o premia alguna de nuestras acciones. Quiera o no, dándonos una gratificación está aumentando las posibilidades de que en un futuro actuemos de una forma similar.
Una forma mucho más burda tiene que ver con el chantaje: «o pasas por el círculo que te impongo o te impondré igualmente una consecuencia que no te gustará». Este planteamiento genera en nosotros sentimientos negativos, como la tristeza o la indefensión.
Por otro lado, está el cambio que motivamos nosotros. Una iniciativa extraordinariamente rica, aunque solo sea porque parte de un reconocimiento del control que tenemos sobre lo que nos ocurre. Pero también porque la potencial sensación de bienestar que puede generar es enorme. Especialmente si se trata de un cambio meditado, costoso, con sentido y que tiene sus cimientos en una madurez emocional sólida.
Visita este artículo: Cómo afrontar la tristeza antes de que se convierta en depresión
El cambio a partir de la madurez emocional
Las personas con una madurez emocional desarrollada dejan ir aquello que no les aporta nada o directamente les perjudica. No están dispuestas a pagar cualquier precio por permanecer donde están, y tampoco permiten que lo negativo se acumule como una carga.
Además, frente a la queja buscan soluciones, pistas que les enseñen algún sendero oculto entre toda la maleza que ven. Finalmente, podemos decir que su cambio hacia el crecimiento parte de la vulnerabilidad de respetar y de entender sus sentimientos.
Han comprendido que son mucho más fuertes en la coherencia de mostrarse de una manera que puede parecer disonante. Sin embargo, sintoniza perfectamente con la realidad sobre la que se han dispuesto para crecer.
-
Mug cake de avena, plátano y dátiles
Mug cake de avena, plátano y dátiles. Tan contentísima estoy con esta receta que, después de hacerla con granola sin azúcar y con copos de trigo sarraceno, esta vez he probado con copos de avena y uffff... qué ricooooo!!!
-
6 cremas naturales para tratar la psoriasis
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que se produce cuando hay una acumulación de células muertas. Entre sus
-
5 hierbas para dormir y relajarse
Los problemas de sueño pueden venir acompañados con síntomas que reducen la calidad de vida. No solo disminuyen la productividad física y mental, sino que inciden en la aparición de algunos problemas de salud. ¿Has probado las hierbas
-
Croquetas falsas de “chorizo “ #soja #saludable
Croquetas falsas de “chorizo “ #soja #saludable. En mi afán de probar cosas nuevas y mezclar sabores he querido experimentar esto . La Soja no tiene un gran sabor precisamente , pero con buenos aliños , podemos presentar platos gracios
-
¿Qué es la ley del espejo? Todo lo que deberías saber
Quizá alguna vez has oído hablar sobre la ley del espejo, o quizá te resulte desconocida. Sea cual sea tu caso,
-
Garbanzos al pesto
Garbanzos al pesto. Aunque sea verano y haga mucho calor, no podemos eliminar las legumbres de nuestra dieta, pero ¿quién es el valiente que se mete entre pecho y espalda un puchero con estas temperaturas? Así que hoy os propongo un plato