Tejer, catalogado como uno de los hábitos más relajantes

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Jun 30, 2020   Bienestar

¿Qué haces para recuperar la calma? Quizás salgas con los amigos, escuches música o vayas al cine o a dar un paseo. Estas son alternativas bastante comunes, pero ¿alguna vez te has preguntado cuál es en realidad uno de los hábitos más relajantes?

Pues nada más y nada menos que ‘tejer’. Sí, esa actividad que a menudo asociamos a las abuelas. Ellas nos hacían jerséis para el invierno, alguna bufanda o una chaqueta muy abrigada y bonita.

Era todo un arte en el que tal vez quisieron sumergirnos. Sin embargo, en la actualidad, parece que es infrecuente, ya que no es algo que practiquemos con asiduidad.

Por ello, a continuación te comentamos cuáles son algunos de los motivos que lo convierten en una costumbre tan atractiva.

Por qué tejer es uno de los hábitos más relajantes

Tejer

Adquirir el hábito de tejer tiene un toque especial. Al ejecutarlo, es probable que experimentemos una agradable sensación, similar a la que tenemos cuando realizamos algún tipo de manualidad como pintar, decorar la casa, construir una maqueta o hacer collares.

Y aunque a menudo nos escudamos en la falta de tiempo para explicar por qué hemos abandonado esas labores, lo cierto es que existen infinitas posibilidades para relajarse. Tejer, como ahora vamos a ver, es una de ellas.

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1. Ponerse a tejer es una forma de alejar el estrés

En esta tarea la atención se concentra en dar esa otra puntada y nos quedamos sin espacio para pensar en el trabajo, en aquella situación que tanto nos preocupa o en cualquier otro asunto que nos genere cierto malestar.

De hecho, el efecto de tejer para manejar la ansiedad ha sido respaldado por estudios como el del doctor C. Laird Birmingham y colaboradores. Estos autores encuentran que en mujeres con anorexia nerviosa esta actividad es útil para reducir los miedos y los pensamientos negativos que las mismas manifiestan.

Por este motivo, probar a tejer puede ser una estrategia para permanecer centrados en el momento presente. Se trata de una ocasión para conectar con nosotros mismos y recordar qué es lo que supone el estar en el aquí y el ahora.

En definitiva, es una manera placentera de cambiar de perspectiva, alejando aquellos temores e inquietudes que interfieren en el bienestar cotidiano.

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2. Las emociones positivas al tejer hacen también que este sea uno de los hábitos más relajantes

Además de disminuir los niveles de angustia, tejer se ha relacionado con la vivencia de emociones positivas como la calma, la alegría y la creatividad.

Es decir, abstraernos en este cometido nos permite tomar distancia de las preocupaciones y dar, entonces, paso a esas otras gratas impresiones.

A su vez, si esta es una costumbre que se comparte con más aficionados, las oportunidades para el apoyo social y la comunicación aumentan, lo que revierte asimismo en la felicidad subjetiva de las que las personas informan.

Los hallazgos de una encuesta dirigida por los investigadores Jill Riley, Betsan Corkhill y Clare Morris obtienen resultados en esta línea. Estas evidencias señalan de forma clara que el hábito de tejer puede aportar interesantes beneficios a la salud psicológica de quienes lo practican.

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Tejer

Un momento para nosotros

Estas ventajas nos indican que el hábito de tejer ayuda a aliviar las tensiones diarias, a la par que representa un estímulo algo diferente con el que motivarnos.

En estas circunstancias, la atención a la tarea viene acompañada de emociones positivas que disipan aquellas otras más negativas.

Tejer es igualmente un modo de ser generosos con nosotros mismos. Esto es, se presenta como una costumbre con la que es posible darnos un momento para tomar un respiro, un tiempo de relajación y sosiego.

Sin embargo, ¿recuerdas cuándo fue la última vez que tuviste un paréntesis de este tipo para ti?

Quizás solo puedas dedicarle unos minutos al día o realizarlo una vez a la semana, pero merece la pena intentarlo.

Así que si te habías olvidado de lo que era disfrutar de tu propio espacio y distraerte con nuevos quehaceres, aquí tienes una idea. ¿Te animas?