Jun 30, 2020 Bienestar
Cuando estamos tristes, deprimidos o aburridos, muchas veces comemos. Es como si los alimentos pudiesen llenar ese vacío emocional que sentimos y que no sabemos cómo gestionar. De hecho, lo hacemos de una forma bastante nociva para nuestra salud.
En el momento en el que intentamos llenar un vacío emocional con comida tendemos a elegir alimentos pocos saludables, comerlos en exceso aún sin tener hambre y, todo esto, con la consecuente sensación de culpabilidad.
Hoy descubriremos si la comida puede llenar un vacío emocional. Aunque, si te encuentras en esta situación, no lo dudes y pide ayuda a un profesional.
La comida no mejora los sentimientos
¿Comprendemos e identificamos cuáles son nuestras necesidades y nuestros problemas? No saber cómo expresar lo que nos está pasando puede hacer que tendamos a comer de una forma descontrolada.
Por este motivo, hoy vamos a ver una serie de preguntas que nos permitirán reflexionar sobre lo que nos está ocurriendo para abrir un poco los ojos y ser más conscientes de lo que nos está sucediendo.
¿Por qué como?
La respuesta puede parecer sencilla: porque estoy triste. Pero vamos un poco más allá. No es simplemente la tristeza como algo abstracto o general, sino qué nos lleva a sentirnos de esa manera.
Puede ser un problema en el trabajo, una pelea con la pareja, falta de dinero, insatisfacción personal, no cumplir los objetivos, una mala calificación en la universidad, etc. Vayamos un poco más al fondo de la situación para comprender qué sucede y trabajar para mejorar. Un psicólogo será indispensable en este proceso.
¿Cuándo tengo ganas de comer?
Quizás la respuesta esté relacionada con la pregunta anterior. Si cada vez que estamos deprimidos comemos, esta es la razón de nuestras supuestas «ganas» de comer.
No obstante, también puede deberse a encontrarnos solos en casa, a que no haya nada interesante en la televisión o que estemos esperando que llegue nuestra familia.
Lee: Cómo evitar comer por aburrimiento
El aburrimiento nos provoca un apetito que no es real. En el caso de que las ganas de comer se deban a un momento específico del día (al llegar la noche, si está lloviendo, cuando hace frío, si nieva, etc.) debemos analizar por qué esa situación puntual nos lleva a comer.
¿Me entristece que afuera llueva por alguna mala experiencia del pasado durante un día de lluvia? ¿Tener frío en el cuerpo me hace sentir vulnerable?
¿Qué elijo consumir?
Es probable que cuando queremos llenar un vacío emocional «seleccionemos» para comer dulces, chocolates o patatas fritas. ¡Nadie opta por una manzana o una zanahoria!
La comida basura, muy calórica o azucarada es la que nos aporta satisfacción. Por ello, al abrir la alacena o la nevera nos inclinaremos por alimentos que quizás no elegiríamos si nos sintiéramos bien.
¿Cómo ingiero la comida?
Otro de los típicos hábitos al comer para llenar el vacío emocional es la rapidez con que ingerimos los alimentos, casi sin darnos cuenta y sin masticar. Es tal la ansiedad que nos invade que lo único que importa es engullir y engullir como si no hubiese un mañana.
También es probable que mezclemos alimentos dulces y salados o que nada de lo que comemos realmente nos satisfaga el apetito. Porque, en realidad, no es hambre, sino vacío emocional.
¿Cuánta cantidad consumo?
Seguramente, ni te des cuenta de las veces que te sirves en un plato o si te has terminado el paquete de patatas fritas. Tu mente está pensando en otra cosa.
Además, con la prisa que introduces comida en la boca tampoco puedes medir la cantidad que estás ingiriendo. Sería bueno hacer un alto para analizar cuánto estás comiendo.
Descubre: El hambre emocional. ¿Cómo evitarlo?
¿Dónde invierto la energía obtenida de la comida?
Una vez que has comido a más no poder crees que te sientes mejor y, aunque esto sea así, es una felicidad falsa. Como ya te hemos dicho, el cerebro se encargó de hacerte creer que el dolor desaparecía mientras las hormonas de la felicidad estaban haciendo su trabajo.
Además cuando el estómago está repleto no tenemos ganas de hacer demasiado más que echarnos a dormir una gran siesta o quedarnos horas frente al televisor.
Si en vez de ingerir grandes cantidades de chocolate, patatas o cualquier otra cosa «poco saludable» eligiésemos frutas, verduras o frutos secos quizás podrías ir a dar un paseo, limpiar tu casa, hacer deporte, trabajar… Todas estas tareas son las que realmente te ayudarán a dejar de lado la tristeza.
Comer para aliviar un dolor no soluciona las cosas. Es como si usáramos una tirita cuando sufrimos una fractura. Para evitar estas situaciones en las que la comida es la supuesta única salida necesitamos fortalecer la autoestima, rodearnos de personas felices y hacer terapia.
¿Alguna vez has comida para llenar un vacío emocional? ¿Has acudido a un psicólogo para resolver esto?
-
7 usos del aceite de argán para embellecer tu piel
El aceite de argán es un producto natural que se obtiene de las semillas del árbol de argán, originario del
-
Churros caseros
Churros caseros. Se os ocurre mejor plan para pasar el domingo tarde que merendando unos churros con chocolate recién hechos...?
-
Seitán casero
Seitán casero. Carne vegetal para preparar de distintas formas, en guisos, a modo de filetes empanados, hamburguesas...etc.
-
Mejora tu estado de ánimo con la alimentación
¿Sabías que los alimentos que comes y la manera de comer condicionan tu estado de ánimo? ¿Sabías que hay alimentos
-
Una buena noticia: las demencias se han reducido en un 20%
Hay diversos tipos de demencias, pero todas cursan con síntomas cognitivos y conductuales que impiden a las personas valerse por
-
6 importantes beneficios que obtienes por consumir té verde
El té verde es un ingrediente de origen natural que, desde hace algunas décadas, se hizo popular en todo el