Dieta disociada, ¿en qué consiste?

Portada > Dietas > Dietas saludables Dieta disociada, ¿en qué consiste?

Jul 01, 2020   Dietas

La dieta disociada es un modelo de alimentación que existe desde principios del siglo XX. Durante muchos años llamó el interés de las personas, ya que parecía ser un plan interesante para adelgazar. Sin embargo, tras ser investigada, se cuestionaron sus beneficios y se determinó que puede acarrear efectos negativos en la salud.

Por esta razón, en la actualidad se cataloga como una de las populares «dietas milagro» que, al no tener respaldo científico, puede representar un riesgo para quienes deciden adoptarla. ¿En qué consiste? ¿Por qué puede llegar a ser perjudicial? En el siguiente espacio lo abordamos.

¿Qué es la dieta disociada?

La dieta disociada propone un plan de alimentación en el que no se pueden mezclar determinados grupos de nutrientes, como los hidratos de carbono y las proteínas. Su creencia es que el organismo tiene dificultades para procesar estos macronutrientes a la vez y, por tanto, es necesario separarlos.

Debido a esto, es un programa poco aceptado por nutricionistas y expertos, ya que no es variado y puede producir efectos perjudiciales en el organismo, a mediano y largo plazo. Además, restringe la ingesta de alimentos que se consideran saludables, como los lácteos y legumbres, pudiendo ocasionar deficiencias nutricionales.

Descubre: Señales de advertencia de las dietas peligrosas

Dieta saludable

Clasificación de los alimentos en la dieta disociada

Los alimentos en la dieta disociada están clasificados en tres grupos que no se deberían mezclar entre sí. En algunas variantes se acepta el hecho de mezclar los dos primeros grupos con los alimentos del grupo neutro.

  • Glúcidos: son aquellos alimentos con un elevado porcentaje de hidratos de carbono (cereales, legumbres, harinas y pasta, almidones como las patatas, o la bollería en general).
  • Proteínas: corresponde a aquellos con un elevado porcentaje de proteínas, como la carne, el pescado, el marisco, huevos y lácteos; incluso en algunas ocasiones se incluyen a los frutos secos en este grupo (aunque en estos alimentos predomine mucho más la grasa).
  •  Alimentos neutros: en este grupo se encontrarían las verduras y hortalizas, grasas y aceites vegetales.

No te pierdas: 5 dietas que compiten con la dieta mediterránea tradicional

De acuerdo con los preceptos de esta dieta, cada día se pueden consumir uno de los grupos de alimentos, siempre y cuando no se mezclen con otro en una misma comida. Por tanto, en algunos planes se acepta el hecho de ingerir determinado grupo en cada comida principal. Sin embargo, en general sugiere no comer hidratos de carbono en la dieta.

La explicación de todo esto es que, si se consumen los grupos de alimentos combinados, teóricamente se convierten en grasa y producen un aumento de peso. No obstante, estas afirmaciones no están respaldadas por evidencias científicas y, de hecho, han sido desmentidas.

¿Qué dicen las investigaciones?

Los estudios que se han hecho sobre la dieta disociada demuestran que separar la comida por grupo de nutrientes no brinda beneficio alguno sobre la salud. Por ejemplo, una investigación publicada a través de International Journal of Obesityconcluyó que la dieta disociada no produjo ninguna pérdida adicional de peso y grasa corporal.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores dividieron la muestra en dos partes: una de las partes recibió comida separada por nutrientes, y la otra recibió comida con sus nutrientes mezclados.

El grupo obtuvo que no existía ninguna diferencia entre los dos grupos, por lo que concluyeron que la dieta disociada no supuso una ventaja en la pérdida de peso ni en un mejor estado de salud.

¿Por qué puede funcionar esta dieta?

Pese a lo dicho en las investigaciones, hay quienes defienden la dieta porque han encontrado resultados positivos a la hora de realizarla. ¿Por qué puede funcionar?

Básicamente porque fomenta un consumo elevado de frutas y vegetales, que son alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías. Además, propone eliminar fuentes de azúcares y grasas poco saludables, que son causantes de sobrepeso y obesidad.

Sin embargo, no hay que ignorar el hecho de que es restrictiva y que no tiene en cuenta las necesidades de cada persona. Además, carece de control médico y puede producir efectos secundarios como fatiga, rebote y carencias nutricionales.

Así pues, sigue siendo una dieta desaconsejada y, por tanto, es mejor evitarla. En su lugar, es conveniente acudir al nutricionista y obtener un plan de alimentación completo y balanceado, acorde a los requerimientos individuales.